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PANAMÁ. En los Estados Unidos no se andan con rodeos a la hora de sancionar a los menores infractores.
Mientras aquí nos debatimos sobre lo moral y lo legal a la hora de juzgar con severidad a los jóvenes que intervienen en delitos graves, hay ciudades de aquella nación donde hay registros de casos de adolescentes a los que les han aplicado la pena máxima por la crueldad de sus crímenes. Lo que no precisamos es si cuando hablamos de ‘pena máxima’ incluye la pena de muerte.
En una reciente visita a la Procuraduría de San Diego logramos confirmar estos hechos.
Héctor Martínez, de 17 años, fue incitado por Javier Martínez, de 20, a cometer un crimen como prueba de afiliación a una de las pandillas de ese condado. Por la gravedad del crimen, a Javier lo condenaron a 50 años de prisión, mientras que al menor le dieron una condena a cadena perpetua.
