España: El 10 por ciento de condenados el año pasado eran menores

ABC, 28/10/2008
Acaban de dejar de ser niños pero ya son delincuentes. El 28 por ciento de los 13.631 menores de edad condenados el año pasado tenía 15 años; el 33 por ciento, dieciséis, según las sentencias dictadas. Son datos obtenidos a partir de la información del Registro de Responsabilidad Penal del Menor, explotados por primera vez por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
A partir de los datos extraídos se podría elaborar el siguiente retrato robot: menor delincuente de 16 años, español, se dedica a robar y la mayoría de las infracciones que comete son delitos, no faltas. El 80 por ciento de los condenados por debajo de 18 años son nacionales; el 13 por ciento extranjeros, con chicos africanos a la cabeza. Por detrás de los robos, que suponen el 28 por ciento de los delitos, están las lesiones (7,4 por ciento) y los hurtos (5,6). Se cometieron en total 22.366 infracciones penales; a la cabeza de las faltas están aquellas cuyas víctimas son personas, seguidas por las del patrimonio.
Los chicos, controlados
¿Qué respuesta dieron los jueces de menores? Adoptaron 18.948 medidas, las más habituales las prestaciones en beneficio de la comunidad -casi en uno de cada tres casos-, seguidas de libertad vigilada (en el 29,6 por ciento). Esta última se impuso mayoritariamente a los chicos, mientras que se acordaron más servicios a la comunidad en el caso de mujeres menores delincuentes. La media de infracciones penales por cada 1.000 habitantes fue de 12,3, con grandes variaciones, pues ese dato se disparó hasta el 43,2 en Ceuta y en Castilla-La Mancha supuso 7,5 por cada mil habitantes.
Ese es el rostro de la criminalidad de los menores, según el INE, que parece reproducir con algunas diferencias la de los mayores de edad, reflejada en el Registro Central de Penados y Rebeldes. En ese archivo consta que se condenó el año pasado a 135.224 personas, el 91,7 por ciento varones y sólo el 8,3 por ciento mujeres. En total cometieron 172.518 delitos. Los más abundantes fueron contra la seguridad del tráfico (el 30,9 por ciento), seguidos de las lesiones, los robos y los atentados contra la autoridad.
La edad media de quienes se sentaron ante el juez y fueron declarados culpables es de 34,5 años en los hombres y 33,6 en las mujeres. Ocho de cada diez habían cometido un único delito, pero el veinte por ciento eran reincidentes. Frente a la delincuencia de menores, los jueces enviaron a la cárcel al 25 por ciento de los condenados; le siguió la pena de multa, la de inhabilitación especial para empleo o cargo público y la privación del derecho de conducir vehículos.
El Registro Central de Penados y Rebeldes se nutre de todas las comunidades, pero a la cabeza están Andalucía (el 19,8 por ciento) y Cataluña (16,2 por ciento). En esta última comunidad es en la que se registran más penados extranjeros (casi un veinte por ciento). En el conjunto del país los no nacionales condenados suponen el 29 por ciento, con los americanos despuntando sobre el resto. La delincuencia, pese a todo, sigue teniendo rostro español.