186 menores fueron condenados el año pasado por maltratar a familiares. elnortedecastilla.es


Hace diez años, que un hijo pegara a su padre era ‘pecado’, y hace cinco, los casos de malos tratos de niños contra sus progenitores, abuelos o cuidadores empezaron a dejar de ser tabú y a emerger del ámbito privado. El fiscal general del Estado ya alertaba en la memoria de 2005, año en el que se ampliaron las medidas de la Ley del Menor, sobre el incremento de las denuncias de padres contra hijos por estas conductas violentas y daba órdenes a los fiscales de las Audiencias Provinciales de Castilla y León de que estuvieran vigilantes y reaccionaran. En el último lustro, estos casos se han disparado en la comunidad, y han pasado de apenas una treintena en 2008 a 186 nuevas altas de menores en el sistema de reforma durante el año 2011. Ello significa que, de los 1.023 menores de edad condenados en Castilla y León el pasado año por infracciones penales, un 13,65% de ellos lo fueron por conductas violentas contra sus familiares, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y los facilitados por la Consejería de Familia de la Junta.